Las casas antiguas suelen esconder más que un simple encanto nostálgico: a veces guardan piezas de historia extraordinarias. El dicho “Si las paredes hablaran” puede sonar trillado, pero refleja perfectamente la curiosidad sobre las vidas y los acontecimientos que ocurrieron en esos lugares.
Para Simon Marks, un residente de Luton, Inglaterra, esa curiosidad se convirtió en un hallazgo real. Varios años después de mudarse a su casa de los años 70, hizo un descubrimiento increíble en su jardín delantero: un refugio antiaéreo de la Segunda Guerra Mundial completamente preservado.
Un hallazgo inesperado bajo el jardín
El descubrimiento ocurrió por casualidad. Un día, la rueda de su coche se hundió en lo que parecía un parterre de flores. “Se abrió un gran agujero. Al principio pensé que era un socavón o quizás una parte descuidada del jardín”, contó Simon, de 37 años, al The Sun. Preocupado por la posible afectación de los cimientos de su casa, decidió investigar más a fondo.

Con una linterna y un palo para selfies, Simon miró dentro de la abertura. Para su sorpresa, encontró una escalera que descendía al subsuelo. Lo que vio lo dejó asombrado: un refugio antiaéreo de dos habitaciones de la Segunda Guerra Mundial, en un estado de conservación notable.
Cuando mostró las fotos a su padre, este lo reconoció de inmediato. Explicó que estos refugios eran comunes en aquella época y tenían un gran valor histórico.
Preservar un pedazo de historia
Simon había comprado la casa a una pareja de ancianos que la había construido en los años 70. Sospecha que los anteriores propietarios conocían la existencia del refugio. “Creo que sabían que estaba aquí. Cuando construyeron la casa y diseñaron el jardín, probablemente lo rellenaron para nivelar el terreno”, explicó Simon.

Lejos de sentirse preocupado, Simon se mostró entusiasmado con el hallazgo. Junto a su padre comenzó a excavar cuidadosamente, retirando cubo tras cubo de tierra hasta descubrir toda la estructura subterránea.
Sus esfuerzos, algunos de los cuales quedaron registrados en video, se convirtieron en mucho más que un proyecto doméstico. Pasaron a ser los guardianes de una reliquia de guerra olvidada que demuestra cómo el pasado, muchas veces, permanece en silencio justo bajo nuestros pies.