Linda Gray siempre será recordada como una de las grandes figuras de la televisión. Su inolvidable interpretación de Sue Ellen Ewing en la legendaria serie Dallas cautivó a millones de espectadores en todo el mundo y consolidó su lugar en la historia de la TV. A lo largo de más de 300 episodios, impresionó con su talento, su profundidad emocional y una presencia en pantalla inigualable.
Hoy, a los 84 años, Linda Gray sigue brillando como una figura inspiradora, admirada tanto por sus logros profesionales como por su fortaleza personal.
Un papel icónico en la historia de la televisión
Algunos personajes se vuelven tan emblemáticos que resulta casi imposible imaginar a otra persona interpretándolos. Así como Michael Landon será siempre recordado como Charles Ingalls en La casa de la pradera, el personaje de Sue Ellen Ewing de Linda Gray está firmemente grabado en la memoria colectiva de la cultura televisiva.
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Gracias a su interpretación matizada, Gray transformó a Sue Ellen en mucho más que un personaje de telenovela: le dio humanidad, vulnerabilidad y fuerza en medio de un torbellino de amores, traiciones y luchas de poder que convirtieron a Dallas en un fenómeno mundial.
De una infancia difícil a la fama
Linda Gray nació el 12 de septiembre de 1940 en Santa Mónica, California. Sus primeros años estuvieron marcados por la adversidad, ya que en su infancia fue diagnosticada con polio.
En lugar de dejarse vencer, encontró inspiración en su abuelo, que también había convivido con la enfermedad, y desarrolló una determinación que más tarde marcaría su carrera.
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Creció en Culver City en un hogar lleno de contrastes: su padre, relojero, era confiable pero distante, mientras que su madre, una ex bailarina y artista, luchaba contra el alcoholismo. Estas experiencias fortalecieron su deseo de forjar un camino propio e independiente.
El inicio de su camino en Hollywood
Aunque al principio Linda pensó en dedicarse a la medicina, su pasión terminó inclinándose hacia las artes. Comenzó como modelo, se casó a los 21 años con el fotógrafo Edward Lee Thrasher y se convirtió en madre de dos hijos, Jeff y Kehly. Su sueño de ser actriz se pospuso debido a las responsabilidades familiares y a un matrimonio poco favorable para sus aspiraciones.
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No fue hasta finales de sus treinta años cuando empezó a tomar clases de actuación, lo que le abrió la puerta a sus primeros papeles pequeños en televisión, incluyendo apariciones en Dr. Marcus Welby.
En 1978 llegó su gran oportunidad: fue elegida para lo que en principio iba a ser una breve aparición en Dallas. Sin embargo, su actuación fue tan impactante que los productores decidieron mantenerla en el reparto, convirtiendo a Sue Ellen en un personaje central de la serie.
Un legado duradero
Dallas se convirtió en un fenómeno internacional, batiendo récords de audiencia y transformando a su elenco en estrellas mundiales. Linda Gray recibió dos nominaciones al Globo de Oro y una nominación al Emmy por su interpretación.
Su química en pantalla con Larry Hagman (J.R. Ewing) fue inolvidable, y ella misma lo describió como “el hermano mayor malvado que nunca tuve”.
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Tras el final de Dallas, continuó su carrera en el teatro y la televisión, y en 2012 volvió a interpretar a Sue Ellen en el reinicio de la serie. Dos años después, fue homenajeada en el USA Film Festival con un premio especial por su contribución a la televisión.
Resiliencia en la vida y en la carrera
Como muchas figuras públicas, Linda Gray también enfrentó retos personales. Se divorció de Edward Lee Thrasher en 1983 y, en 2020, sufrió la dolorosa pérdida de su hijo Jeff, quien falleció a causa de la leucemia. A pesar de estas pruebas, ha seguido mostrando fortaleza, gracia y optimismo.
Radiante a los 84 años
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Hoy, Linda Gray es un símbolo de elegancia, perseverancia y belleza atemporal. Su historia de vida demuestra que la determinación y la resiliencia pueden superar incluso los desafíos más difíciles. Con décadas de éxitos a sus espaldas, sigue inspirando a millones de fans en todo el mundo y es la prueba viviente de que la edad no es un obstáculo para el brillo y el talento.