Elizabeth Montgomery sigue siendo una de las figuras más encantadoras de la televisión, recordada por su inolvidable interpretación de Samantha Stephens en la clásica serie Bewitched (Hechizada). Con su famoso movimiento de nariz y su carisma natural, se convirtió en un símbolo de la televisión de los años sesenta, conquistando al público de todo el mundo y dejando un legado que sigue brillando hasta hoy.
Infancia y raíces artísticas
Elizabeth nació el 15 de abril de 1933 en Los Ángeles, California. Su padre, Robert Montgomery, fue un reconocido actor y director de Hollywood, mientras que su madre, Elizabeth Bryan Allen, tuvo una destacada trayectoria en Broadway. Crecer en un entorno lleno de arte y creatividad despertó en ella una profunda pasión por la actuación desde muy joven.

Estudió en la prestigiosa Spence School de Nueva York y más tarde perfeccionó su formación en la American Academy of Dramatic Arts. A los 18 años debutó en televisión en el programa de su padre, Robert Montgomery Presents, marcando el inicio de una brillante carrera artística.
El ascenso a la fama
El debut de Montgomery en Broadway llegó en 1953 con la obra Late Love, y poco después hizo su primera aparición en el cine con Court Martial (1955). Sin embargo, su consagración internacional llegó en 1964 con la serie Bewitched.

Interpretando a Samantha Stephens, una bondadosa bruja que intenta llevar una vida normal en los suburbios, Elizabeth combinó humor, ternura y elegancia de una manera única. La serie se mantuvo en emisión durante ocho exitosas temporadas, convirtiéndose en uno de los programas más queridos de la historia de la televisión. Hasta el día de hoy, los fans recuerdan con cariño sus gestos mágicos y el encanto familiar que caracterizaba cada episodio.
Más allá de Bewitched: una carrera versátil
Después del final de Bewitched, Elizabeth Montgomery asumió papeles más exigentes que demostraron su gran talento y versatilidad. Participó en numerosas películas para televisión, entre ellas The Case of Rape (1974) y Mrs. Sundance (1974), donde recibió elogios por sus interpretaciones intensas y llenas de profundidad emocional.
Su compromiso con personajes complejos y significativos consolidó su reputación como una actriz seria, capaz de reinventarse y superar las expectativas del público.
Vida personal

La vida personal de Elizabeth estuvo marcada por varias relaciones. Estuvo brevemente casada con Frederick Gallatin Cammann, luego con el actor Gig Young, y más tarde con el productor y director William Asher, con quien tuvo tres hijos. En sus últimos años, encontró la estabilidad emocional junto al actor Robert Foxworth, con quien se casó en 1993.
A pesar de la fama, siempre mantuvo una actitud discreta y familiar, priorizando su vida privada por encima del glamour de Hollywood.
Últimos años y legado
Elizabeth Montgomery falleció el 18 de mayo de 1995, a los 62 años, rodeada de sus seres queridos. En su honor se celebró un emotivo homenaje en el Canon Theatre de Beverly Hills, donde amigos y colegas recordaron su extraordinaria trayectoria.

Aunque interpretó muchos papeles a lo largo de su carrera, será eternamente recordada como Samantha Stephens —la ingeniosa y encantadora mujer que hizo historia en la televisión—. Su influencia continúa inspirando a nuevas generaciones de artistas y espectadores, demostrando que el verdadero talento nunca desaparece.
Un legado que sigue vivo
Gracias a su talento, elegancia y autenticidad, Elizabeth Montgomery se ha ganado un lugar permanente entre las leyendas del entretenimiento. Sus actuaciones siguen iluminando las pantallas, recordándonos que la verdadera magia proviene del arte, la pasión y el corazón.