El hombre detrás de la casa en el árbol más grande del mundo: una historia de fe, creatividad y perseverancia

En la tranquila ciudad de Crossville, en el estado de Tennessee, existió una estructura tan extraordinaria que atrajo visitantes de todas partes del mundo. Conocida como la Minister’s Treehouse, fue una creación sorprendente que combinó imaginación, habilidad y profunda inspiración personal.

Una visión nacida de la inspiración

Flickr/Chuck Sutherland

Su creador, Horace Burgess, afirmó haber recibido en 1993 una inspiración espiritual que lo impulsó a construir la casa en el árbol. Movido por ese propósito, empezó a convertir su sueño en realidad: un espacio que transmitiera paz, creatividad y reflexión.

Un monumento a la determinación

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Durante 14 años, Burgess trabajó con constancia y dedicación. Con ingenio y recursos limitados, construyó una estructura de diez pisos que alcanzó casi 3.000 metros cuadrados de superficie. Sorprendentemente, el coste total fue de solo 12.000 dólares, gracias al uso de madera reutilizada y materiales donados. En total, se emplearon más de 250.000 clavos para dar vida a una de las casas en el árbol más grandes jamás construidas.

Un vistazo al interior

Flickr/Chuck Sutherland

Cada rincón de la estructura reflejaba la mezcla de funcionalidad, creatividad e inspiración personal del constructor.

  • La sala principal funcionaba como espacio de oración y cancha de baloncesto, simbolizando comunidad y versatilidad.

  • En el piso superior se encontraba una campana de aproximadamente 500 kilos.

  • El interior incluía 80 habitaciones, entre ellas aulas, cocinas, dormitorios y áreas comunes, todas conectadas por escaleras en espiral y una veranda que se extendía a lo largo de cinco pisos.

Un sueño que capturó al mundo

Flickr/Chuck Sutherland

Durante años, la Minister’s Treehouse fue un destino muy querido, admirado por su diseño poco convencional y la dedicación que había detrás. Sin embargo, en 2012, las autoridades la cerraron al público por motivos de seguridad, especialmente por el riesgo de incendio. Tiempo después, un fuego destruyó la estructura en cuestión de minutos.

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Aun así, muchas personas recuerdan sus detalles tallados en madera, los bancos, las cruces y hasta la palabra “JESUS” que alguna vez apareció recortada en el césped. Estos elementos reflejaban la pasión del creador y la energía puesta en cada parte de la construcción.

Un legado que perdura

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Aunque ya no existe físicamente, la Minister’s Treehouse sigue inspirando a muchos. Su historia es un recordatorio poderoso de que los grandes sueños pueden nacer de materiales sencillos y de que la creatividad, la perseverancia y la dedicación pueden dar lugar a algo verdaderamente extraordinario.

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