Cuesta creer que Jane Fonda tenga 87 años, especialmente porque sigue irradiando vitalidad, elegancia y un inconfundible entusiasmo por la vida. A pesar de los desafíos naturales del paso del tiempo, la legendaria actriz y pionera del fitness continúa siendo un modelo a seguir para millones de personas en todo el mundo.
Fonda, quien revolucionó los entrenamientos en casa en los años 80 y ha sido una destacada defensora de causas sociales y medioambientales, representa mucho más que el glamour de Hollywood. Ella simboliza resiliencia, propósito y el impacto transformador del autocuidado a lo largo de la vida.

“La salud no se trata solo de cómo te ves, sino de cómo te sientes”, suele recordar Fonda a su audiencia. “Cuando cuidas tu bienestar, todo lo demás se acomoda de forma natural.”
Para ella, la verdadera belleza no proviene de soluciones rápidas, sino de decisiones conscientes tomadas día a día. Considera la salud como un compromiso continuo, uno que requiere mantenerse activa física, mental y socialmente, un enfoque que considera esencial para envejecer de forma plena.

Incluso durante sus setenta y más allá, Fonda siguió lanzando programas de ejercicio dirigidos a personas de todos los niveles, incluidos principiantes, adultos mayores y futuras madres. Su filosofía nunca ha sido llevar el cuerpo al límite, sino promover un movimiento sostenible que favorezca el equilibrio y el disfrute a largo plazo.

El yoga también se ha convertido en una parte fundamental de su rutina, ayudándola a mantener flexibilidad, estabilidad y serenidad interior. Combinado con una alimentación consciente y una actitud positiva, este estilo de vida holístico le ha permitido conservar fortaleza física y claridad mental durante los años.

Fuera del ámbito del bienestar, Fonda sigue siendo una voz apasionada a favor de la igualdad y la responsabilidad ambiental. Anima a las personas a cuestionar creencias anticuadas y a trabajar por un futuro más inclusivo y consciente.

A los 87 años, Jane Fonda es la prueba viviente de que la edad no define el potencial de una persona; más bien refleja la fuerza que nace de una vida bien cuidada. Su mensaje es simple pero poderoso: Prioriza tu cuerpo, nutre tu mente y nunca dejes de evolucionar.