Jane Seymour celebra a sus hijos gemelos y los llama “apuestos jóvenes”

Reconocida por su elegancia, talento y belleza atemporal, Jane Seymour ha sido una presencia querida en la industria del entretenimiento durante décadas. A los 73 años, la galardonada actriz continúa inspirando a sus seguidores no solo con sus interpretaciones, sino también con su recorrido como madre dedicada.

Una carrera y un legado familiar

Además de su impresionante trayectoria en televisión, cine y escritura, Seymour valora por encima de todo su papel como madre. Es la orgullosa madre de Katherine (42) y Sean (39), fruto de su matrimonio con David Flynn, así como de los gemelos John y Kristopher, que ahora tienen 28 años, nacidos de su matrimonio con el director James Keach.

Superando los desafíos de la maternidad

El camino de Seymour hacia la maternidad en una etapa más avanzada de su vida no estuvo exento de dificultades. Ella ha compartido abiertamente que su decisión de ampliar la familia llegó tras momentos dolorosos, incluidos embarazos perdidos. Sin embargo, a los 44 años logró dar la bienvenida a sus gemelos, un acontecimiento lleno de felicidad a pesar de los retos iniciales.

Jason Merritt/Getty

Nacidos de manera prematura, John y Kristopher necesitaron cuidados especiales en sus primeros días. A pesar de las preocupaciones que esto implicaba, Seymour se entregó por completo a asegurar su bienestar y felicidad. Incluso adaptó su agenda profesional para mantener a sus hijos cerca, llevándolos a los rodajes y creando así un lazo familiar inquebrantable.

La alegría de una madre orgullosa

Recientemente, Seymour compartió una emotiva fotografía de sus hijos ya adultos, describiéndolos con orgullo como “apuestos jóvenes”. Sus seguidores no tardaron en dejar mensajes cariñosos, elogiando tanto la buena apariencia de los gemelos como la gracia de Seymour como madre.

Su historia es un ejemplo de resiliencia, amor incondicional y fortaleza de los lazos familiares. Incluso después de décadas bajo los reflectores, Seymour sigue encontrando su mayor alegría en lo que más valora: la felicidad que le brindan sus hijos.