¿Qué ocurre cuando la pasión por la ingeniería se une a la creatividad? Para Bruce Campbell, un ingeniero eléctrico jubilado de 64 años de Hillsboro, Oregón, la respuesta fue clara: transformar un Boeing 727 fuera de servicio en una casa única en su estilo.
Una visión que despegó
Cuando estaba en sus veintes, Campbell compró una propiedad de 10 acres cerca de Hillsboro por solo 23.000 dólares. Desde entonces tenía un sueño audaz: crear un hogar a partir de un avión retirado. Su fascinación de toda la vida por desmontar y volver a ensamblar máquinas lo llevó a imaginar este proyecto inusual pero ingenioso.
Inspiración desde lejos
Al principio, Campbell pensaba que era el primero en intentar algo así. Sin embargo, a finales de los años noventa descubrió la historia de Joanne Ussery, una peluquera de Misisipi que había convertido un Boeing 727 en su hogar después de perder su casa en un incendio. Su experiencia inspiró a Campbell a seguir adelante con más determinación.
El viaje de un gigante
En 1999, Campbell compró un Boeing 727 retirado a Olympic Airways por 100.000 dólares. Transportar el enorme avión desde Atenas, Grecia, hasta Oregón fue un reto logístico considerable, lo que elevó el coste total del proyecto a unos 220.000 dólares.
La vida dentro del avión
Hoy en día, la aeronave convertida en vivienda conserva varios elementos originales de su época de servicio. Todavía hay algunos asientos de pasajeros y el lavabo, lo que mantiene parte de su esencia aeronáutica. Campbell también añadió lo esencial: una lavadora y un fregadero. Su cocina es minimalista, equipada únicamente con un microondas y una tostadora, y su dieta se basa principalmente en cereales y alimentos enlatados.
Un espacio vital como ningún otro
Vivir en un avión no es para todo el mundo, pero la casa de Campbell es una demostración impresionante de imaginación y habilidad técnica. Su Boeing 727 reconvertido demuestra cómo los espacios más insólitos pueden transformarse en hogares prácticos, cómodos y fascinantes.